¡Hola a todo@s!
Hoy os
traigo un articulo para todos aquell@s amantes de los viajes. ¡Espero que disfrutéis!
Las
navidades pasadas me fuí con mi pareja a Jeonju, a unas 4 horas en tren desde
Suwon, la capital de la provincia de Gyeonggi.
Jeonju es
conocida mundialmente por los hanoks (한옥), o casas tradicionales coreanas, que se han
conservado por cientos de años en su total esplenditud. No me olvido de
mencionar el bibimbap (비빔밥) y las choco pies (초코파이), ¡que también son muy famosos!
Al llegar
a Jeonju en tren, fuimos en autobús hasta la guest house donde nos bajábamos.
Cabe decir que la tarheta de transporte de Seúl se puede usar en Jeonju sin
ningún problema. Debido a que llegamos a eso de las 8 y estábamos sin cenar,
decidimos dejar nuestras cosas en la guesthouse y salir disparados hacia el
mercadillo 한옥마을야시장 (si lo intento traducir al español, sería
algo así como ¨Mercado nocturno de la villa de los hanoks¨). Allí compramos toda la comida hacia la que se nos iban los ojos. Os
recomiendo en especial el Kimbab de Samgyeopsal (삼겹살김밥), el
yukjeon (육전) y el gochu twigim (고추튀김). Aunque
en Corea el uso del efectivo está más bien en desuso, muchas veces viene bien
traer un poco en la mano. Puede haber puestecillos que no acepten tarjeta, o en
los cuales el pago puede hacer solo mediante transferencia bancaria. ¡Haced nota mental!
Al día siguiente, fuimos a eso de las 11 a alquilar los hanboks (한복), los vestidos tradicionales coreanos. Dicen que uno no puede
ir a Jeonju y no probarse el hanbok. Tengo que admitir que ver a todas las personas con sus fantásticos hanboks
caminando en la villa con todos los hanoks de fondo parecía sacado de un drama
antiguo coreano. En resumen, un cuento de hadas. Los hanboks se alquilan por
horas, pero normalmente por un poco mas de dinero puedes alquilarlos hasta por
un día. ¡Consejo! Si vais en invierno, no cométais el
mirmo error que cometimos nosotros de salir a la calle sin los abrigos puestos.
Cuando haya que sacarse fotos, uno se quita el abrigo. Nosotros estuvimos
congelándonos por 3 horas por pensar que el abrigo arruinaría todo el look.
Pero no es así, estar calentit@ es más importante, creedme.
Después de
ponernos el hanbok fuimos a comer. Por supuesto, la comida fue bibimbab. Para
todos los amantes de las verduras, este es vuestro plato estrella. Para todos
los amantes de la carne, me da a mí que tendréis que buscar otra alterntiva. ¿Que como estuvo el bibimbab? De rechupete. Pero os aviso, a veces reservar
de antemano sería la mejor opción. Nosotros estuvimos de suerte y no había
demasiada gente, pero al ser Jeonju un sitio tan turístico no me sorprendería
que alguien tuvisese que esperar largo rato con el estómago vacío.
Una vez
saciado el apetito, nos dispusimos a ser nosotros los protagonistas de nuestro
propio drama coreano. (Eso sí, nos estábamos congelando que no veáis). Entramos
al GyeongiJeon, un sitio muy parecido a un palacio coreano pero de escala más
pequeña. La entrada fueron unos 3000 wones cada uno. Aquí sí que os vais a
querer sacar foto, amigos. Tenéis dos opciones, o traeros vustro propio
trípode, a coger el que está enla tienda de alquiler de los hanboks. Sí, como
lo oís, por alquilar el hanbok tambien alquilas el trípode, pero no sé si esto
aplica para todas las tiendas.
Después de
estar unas cuantas horas paseando y llenando la memoria del móvil, nos fuimos a
quitar los hanboks. Con el abrigo puesto se está muy a gusto, sí. Debido a que
ya daban las 4 de la tarde, nos fuimos a probar nuestra última comida en
Jeonju, el Sibwonppang (십원빵). Es una especie de pan relleno con queso,
salsa de tomate, maíz y alguna otra cosilla que tiene forma de moneda de 10
wones. Sinceramente ninguno de los dos teníamos altas expectativas sobre el
pan, pero resultó buenísimo. De merienda, maravilloso. Después de eso, nos
resignamos ya a intentar alargar la estadía en Jeonju. Nos esperaba un tren
rumbo a Suwon.
Aunque
corto el viaje, lleno de buenas vistas y sabores. Pero, sin duda, la esencia coreana que impregnaba todos los alrededores es lo que más se
hizo un sitio en mi memoria. Nosotros fuimos en invierno, y había nevado. Ahora
quiero volver en primavera, porque me parece que las flores adornarían los
hanoks de manera más bonita.
Espero que
esto os dé una pequeña idea de lo que os encontraríais en Jeonju. Dejadme
deciros que nosotros no exploramos ni un 1% de todo lo que Jeonju tiene que
ofrecer, y que este texto no serviría de publicidad ninguna porque apenas
incluyo lo más básico. Espero que vosotros vayáis con más tiempo y os metáis
más en la historia. Jeonju es, sin duda, un sitio al que vale la pena ir. Yo os
lo recomiendo ciento y una veces.
¡Adiós!